La abuela y el abuelo
juntos pasean
cogidos de la mano
por la alameda.
El abuelo murmura:
"¡Qué bien le sienta
este pañuelo blanco
a mi morena!"
La abuela se sonroja:
"¡Si alguien te oyera...!"
Y le brilla la risa
como una estrella.
En cada arruga luce,
blanca, una perla
y en sus ojos se mece
la primavera.
La abuela y el abuelo
pasan y dejan
un rastro luminoso
por la alameda.
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