lunes, 18 de agosto de 2025

"Arde lo público", de Juan José Millas.

Arde el monte abandonado, arde la encina centenaria dejada de la mano de Dios, arde la mezquita de Córdoba, utilizada de almacén, arden las Médulas, sin un plan de protección integral contra el fuego. Arden las vigas de la historia, arden las cuadernas de la nave en la que veníamos sorteando tormentas y tifones sin fin desde el homínido hasta el supuesto Sapiens. Arde el país como una carta vieja de amor en la chimenea de la pereza.

Arden las listas de espera: tres meses para el médico de asistencia primaria, seis para la operación, un año para la asistencia psiquiátrica, dos para el entierro. Arde la universidad pública. Arde la beca que no llega, arde el profesor que se jubila y no es sustituido, arde la biblioteca cerrada por falta de personal. Se abrasan Shakespeare y Cervantes y Lope de Vega y Calderón y Joyce y Kafka e Idea Vilariño y Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou y San Juan de la Cruz y Gabriela Mistral y hasta Rubén Darío arde recitando para sí mismo los versos de Lo fatal: "Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, / y más la piedra dura porque esa ya no siente, / pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, /ni mayor pesadumbre que la vida consciente".

Arden los versos y la prosa, arden los servicios subcontratados, las responsabilidades externalizadas, arden los trabajos precarios y las nóminas. Arden el precio de la cesta de la compra, el de la cultura y arde el alquiler de la habitación, arde el artículo 47 de la Constitución que consagra el derecho a una vivienda digna. Arde el piso de los padres que hay que vender aprisa y corriendo para pagar sus últimos cuidados.

Arden las ayudas a la dependencia, tan lentas que llegan cuando el dependiente lleva seis o siete meses enterrado. Arde la burocracia que pide para todo un papel que no existe (si existiera, inventarían otro irreal). Arde el funcionario que cierra la ventanilla con el gesto del que baja la guillotina. Arde también la xenofobia, el miedo al otro, a lo otro, y hasta a la otredad que habita en cada uno de nosotros. Todo es fuego lento o dinámico, de brasas frías o enérgicas, país en llamas macroeconómicas pomposas y en combustión microeconómica silente. Ardemos en medio de un humo de resignación. Arde lo público y en sus llamas se abrasan los contribuyentes y sus bienes.

14 AGO 2025

miércoles, 4 de junio de 2025

"Verbo irregular", de Roberto Santoro.

Verbo irregular

yo amo
tú escribes
él sueña
nosotros vivimos
vosotros cantáis
ellos matan


Calcomanía

sonríe
dios te ama
disimula
el comisario vigila


Roberto Santoro
Buenos Aires, 1939. Desaparecido por la dictadura militar argentina el 1° de junio de 1977. 

Extraído de: http://www.abanico.edu.ar

martes, 11 de marzo de 2025

" Un soneto me manda hacer Violante", de Lope de Vega.

Un soneto me manda hacer Violante

que en mi vida me he visto en tanto aprieto;

catorce versos dicen que es soneto;

burla burlando van los tres delante.


Yo pensé que no hallara consonante,

y estoy a la mitad de otro cuarteto;

mas si me veo en el primer terceto,

no hay cosa en los cuartetos que me espante.


Por el primer terceto voy entrando,

y parece que entré con pie derecho,

pues fin con este verso le voy dando.


Ya estoy en el segundo, y aún sospecho

que voy los trece versos acabando;

contad si son catorce, y está hecho.


martes, 25 de febrero de 2025

"Yo nunca guardé rebaños", de Fernando Pessoa.

Yo nunca guardé rebaños,

pero es como si los guardara.

Mi alma es como un pastor,

conoce el viento y el sol

y anda de la mano de las Estaciones

siguiendo y mirando.


Toda la paz de la Naturaleza a solas

viene a sentarse a ni lado.

Pero permanezco triste, como un atardecer

para nuestra imaginación,

cuando refresca en el fondo de la planicie

y se siente que la noche ha entrado

como una mariposa por la ventana.


Pero mi tristeza es sosiego

porque es natural y justa

y es lo que debe haber en el alma

cuando piensa que ya existe

y las manos cogen flores sin darse cuenta.


Con un ruido de cencerros

más allá de la curva del camino

mis pensamientos están contentos.


Pensar molesta como andar bajo la lluvia

cuando el viento crece y parece que llueve más.


No tengo ambiciones ni deseos.

Ser poeta no es una ambición mía.

Es mi manera de estar solo.


Eu nunca guardei rebanhos:


Eu nunca guardei rebanhos,

Mas é como se os guardasse.

Minha alma é como um pastor,

Conhece o vento e o sol

E anda pela mão das Estacões

A seguir e a olhar.

Toda a paz da Natureza sem gente

Vem sentar-se a meu lado.

Mas eu fico triste como um pôr do Sol

Para a nossa imaginação,

Quando esfria no fundo da planície

E se sente a noite entrada

Como uma borboleta pela janela.


Mas a minha tristeza é sossego

Porque é natural e justa

E é o que deve estar na alma

Quando já pensa que existe

E as mãos colhem flores sem ela dar por isso.


 Pensar incomoda como andar à chuva

Quando o vento cresce e parece que chove mais.

Não tenho ambições nem desejos.

Ser poeta não é uma ambição minha.

É a minha maneira de estar sozinho.

E se desejo às vezes,

Por imaginar, ser cordeirinho

(Ou ser o rebanho todo

Para andar espalhado por toda a encosta

A ser muita coisa feliz ao mesmo tempo),

É só porque sinto o que escrevo ao pôr do Sol

Ou quando uma nuvem passa a mão por cima da luz

E corre

 um silêncio pela erva fora.


http://arquivopessoa.net/textos/1456


domingo, 10 de noviembre de 2024

"España, aparta de mi este cáliz", de César Vallejo.

Niños del mundo,

si cae España -digo, es un decir-

si cae

del cielo abajo su antebrazo que asen,

en cabestro, dos láminas terrestres;

niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!

¡qué temprano en el sol lo que os decía!

¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!

¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!


¡Niños del mundo, está

la madre España con su vientre a cuestas;

está nuestra madre con sus férulas,

está madre y maestra,

cruz y madera, porque os dio la altura,

vértigo y división y suma, niños;

está con ella, padres procesales!


Si cae -digo, es un decir- si cae

España, de la tierra para abajo,

niños ¡cómo vais a cesar de crecer!

¡cómo va a castigar el año al mes!

¡cómo van a quedarse en diez los dientes,

en palote el diptongo, la medalla en llanto!

¡Cómo va el corderillo a continuar

atado por la pata al gran tintero!

¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto

hasta la letra en que nació la pena!


Niños,

hijos de los guerreros, entre tanto,

bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo

la energía entre el reino animal,

las florecillas, los cometas y los hombres.

¡Bajad la voz, que está

en su rigor, que es grande, sin saber

qué hacer, y está en su mano

la calavera, aquella de la trenza;

la calavera, aquella de la vida!


¡Bajad la voz, os digo;

bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto

de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun

el de las sienes que andan con dos piedras!

¡Bajad el aliento, y si

el antebrazo baja,

si las férulas suenan, si es la noche,

si el cielo cabe en dos limbos terrestres,

si hay ruido en el sonido de las puertas,

si tardo,

si no veis a nadie, si os asustan

los lápices sin punta, si la madre

España cae -digo, es un decir-,

salid, niños, del mundo; id a buscarla!...


(1937)


miércoles, 18 de octubre de 2023

"Durmiendo en Gaza", de Najwan Darwish.

Fado, dormiré como hace la gente

cuando caen las bombas

cuando el cielo se abre como carne viva,

soñaré como hace la gente

cuando caen las bombas:

soñaré con traiciones.

 

Despertaré a medio día y le preguntaré a la radio

las preguntas que la gente se hace

¿Ya terminó el bombardeo?

¿Cuántos fueron asesinados?

 

Pero mi tragedia, Fado,

es que haya dos tipos de personas:

aquellos que lanzan sufrimiento y pecado

a la calle para poder dormir

y aquellos que coleccionan el sufrimiento, los pecados de la gente,

los tornan cruces, los presumen

por las calles de Babilonia y de Gaza y de Beirut

mientras plañen

¿van a venir más?

¿van a venir más?

 

Hace dos años, al sur de Beirut,

camine por las calles

de Dahieh,

arrastrando una cruz

tan grande como los edificios destrozados.

Pero ¿quién levantaría una cruz

de la espalda de un hombre cansado hoy en Jerusalén?

 

La tierra es tres clavos

y por piedad un martillo

Detente, Señor.

Detén los aviones.

 

¿Van a venir más?

¿Van a venir más?

 

(Traducción de Alí Calderón)



https://circulodepoesia.com/2023/10/muestra-de-poesia-palestina/


"El marido verdugo", de Carolina Coronado.

 

¿Teméis de ésa que puebla las Montañas

turba de brutos fiera el desenfreno?...

¡más feroces dañinas alimañas

la madre sociedad nutre en su seno!

 

Bullen, de humanas formas revestidos,

torpes vivientes entre humanos seres,

que ceban el placer de sus sentidos

en el llanto infeliz de las mujeres.

 

No allá a las lides de su patria fueron

a exhalar de su ardor la inmensa llama;

nunca enemiga lanza acometieron,

que otra es la lid que su valor inflama.

 

Nunca el verdugo de inocente esposa

con noble lauro coronó su frente:

¡Ella os dirá temblando y congojosa

las gloriosas hazañas del valiente!

 

Ella os dirá que a veces siente el cuello

por sus manos de bronce atarazado,

y a veces el finísimo cabello

por las garras del héroe arrebatado.

 

Que a veces sobre el seno trasparente

cárdenas huellas de sus dedos halla;

que a veces brotan de su blanca frente

sangre las venas que su esposo estalla.

 

¡Y que ¡ay! del tierno corazón llagado

más sangre, más dolor la herida brota,

que el delicado seno macerado,

y que la vena de sus sienes rota!

 

Así hermosura y juventud al lado

pierde de su verdugo; así envejece:—

así lirio suave y delicado

junto al áspero cardo arraiga y crece.

 

Y así en humanas formas escondidos,

cual bajo el agua del arroyo el cieno,

torpes vivientes al amor uncidos

la madre sociedad nutre en su seno.


https://www.poeticous.com/carolina-coronado/el-marido-verdugo?locale=es