para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
“Áspero mundo” 1955
http://www.amediavoz.com/gonzalez.htm
Fue maestro nacional y cursó Derecho en la Universidad de Oviedo, y Periodismo en
la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Ejerció de profesor de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque (USA) entre otras.
Poco tiempo después, González pasó a formar parte de la Real Academia Española y fue galardonado con el Premio Antonio Machado en 1962, el Premio Príncipe de Asturias en 1985, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996 y el Primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada en el año 2004, entre muchos otros.
Sus obras más destacadas y con más renombre son: Áspero mundo (1955), Sin esperanza, con convencimiento (1961), Grado elemental (1961), Tratado de urbanismo (1967), Breves acotaciones para una biografía (1971), Prosemas o menos (1983), Deixis de un fantasma (1992) y su último libro Otoño y otras luces '(2001).
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